Por Jesús Rodríguez (chucho_rodriguez@yahoo.com)
El Vecino que pone Música Insufrible
Más allá de rascarse un testículo en la mañana, existe el placer que le causa a cualquier vecino el colocar merengue, vallenato, salsa erótica, el Chichicuilote y/o changa un sábado o domingo por la mañana.
Es sábado, ponte que sean las 8:00am, aún te regodeas en tu húmedo sueño –por lo general es el quinto- mientras una delicada carpa se yergue debajo de tus sábanas. Todavía tu cuerpo no se recupera de la noche anterior, ya que llegaste a las cuatro de la mañana y bebiste y bailaste hasta que tus riñones sangraran. En fin, te destruiste durante la noche del viernes como lo hace la gente normal. Pero no cuentas con que tu vecino es un «madrugador» melómano matutino, fanático de todos los volúmenes de Tropichanga, adicto a las líricas de Miguel Moly y Roberto Antonio, lleva en la sangre la salsa brava de nuevo rico con mal gusto y todavía llora la muerte de Rafael Orozco.
El afable vecino se levanta rozagante y animado, listo para empezar la fiesta (¿¿¿???) y coloca el primer suplicio en el reproductor… «La caderona es una chica mona, la gente le mira tremendas caderotas…» De repente te ves en el «Estudio Gigante de Venevisión», entre una multitud de mujeres incongruentes, agitando unos ridículos pompones (parecidos al pelo de Nifu Nifa) mientras un primate, con extraño corte de cabello, le canta a una voluptuosa masa femenina que hace una grotesca coreografía con su celulitis: ¡¡¡Aaaaahhh!!! Despiertas de tu letargo. Sudado y no menos arrecho te levantas, el maltripeo no te deja ni siquiera adorar a tu Dios (rascarte un testículo) te asomas por la ventana, pelas el oído y buscas una víctima cual Terminator… «¡Es el fucking vecino otra vez!». Desearías estar muerto para seguir durmiendo en paz, pero no sin antes haber cortado en pedacitos a tu vecino con un cuchillo Jinsu oxidado.
Teorías que explican el fenómeno
El vecino, por lo general, es una figura humana a la cual apelar en caso de cualquier situación de adversidad: Si no hay agua, le preguntas al vecino cuándo la ponen; cuando botas el control remoto de la reja eléctrica, se lo pides prestado al vecino; cuando te falta un martillo para poner un insignificante clavito, un huevo para la torta, un libro de la universidad, un poquitico de azúcar, una máquina de escribir, un cigarrito, el CD de Window’s, la pila del celular o cualquier otra estupidez que por desidia no tienes en tu casa… molestas al vecino. Por consiguiente, si a la mañana del sábado y el domingo le sumas el CD del Chichicuilote, multiplicado por el incesante fastidio que le montaste a tu vecino durante la semana con la pedidera de favores, da como resultado un inmenso deseo de venganza de su parte. Venganza que sin duda le causa un delicioso placer. Esta teoría indica que tú eres el culpable de todo, así que te la calas.
Por otra parte, no podemos olvidar que somos seres humanos y nuestra naturaleza no nospermite reconocer nuestros propios errores a priori, así que encontré otra teoría que no marchitará tu ego. Se trata de la posibilidad de que tu vecino sea una especie de Telettubie urbano con mal gusto, lo que en realidad es una raza extraterrestre que estudió el comportamiento humano desde el espacio interestelar. Su misión es apoderarse de un país exportador de petróleo y telenovelas rosas, ambos elementos malignos para la humanidad (algo similar a los judíos para los nazis) luego utilizar todo este poder neutralizante de la moral para conquistar al mundo. Los alienígenas observaron cómo, durante décadas, los extraños humanos venezolanos adoraban y gritaban hasta desgarrar sus gargantas frente a los absurdos actos que se presentaban en Sábado Sensacional. Se convencieron de que podrían narcotizar al colectivo, si lo arrullaban con la misma música que se predica en «el Maratónico de los Sábados», en el momento en que nos encontramos más vulnerables. Así que aprendieron nuestras usanzas, se disfrazaron con pieles humanas mestizas; vieron horas y horas de «Tardes Felices», «El Premio Ronda» y «Joselo»; secuestraron a Chepa Candela, se leyeron la biografía de Amador Bendayán 472 veces y se esparcieron por todo el territorio nacional. Ahora se hacen pasar por «vecinos» inofensivos, no obstante, sin que Ud. lo imagine, cada mañana de fin de semana llevan a cabo su malévolo plan.
Otra teoría es que tu vecino practique ritos satánicos con esa música, pero es como ridículo pensar así, ¿no?